Hace un tiempo salió a la luz un estudio de la Universidad de Chicago que decía que la fisioterapia es de las profesiones más gratificantes que existen. Y si estás leyendo esto, te estarás preguntando, ¿por qué? ¿Qué tiene de especial?
Cuando comienzas a estudiar la carrera, muchas son las voces que te dicen “si no te gusta ayudar a la gente, dedícate a otra cosa”, y ahora que ya la estoy terminando… ¡vaya que sí es cierto!
Por un lado, la fisioterapia es un camino largo, porque el aprendizaje dura literalmente “toda la vida”, y también es duro, ya que tenemos la responsabilidad y el placer de ayudar a cada persona con nuestras manos, y la exigencia, ha de ser la máxima.
Por lo que en la carrera te enseñan, entre otras cosas, a individualizar, a entender que cada paciente es único, que viene con un problema y desde que entra por la puerta has de ayudarle a solucionarlo.
Y lo cierto es que a diferencia de otras carreras, la tasa de abandono es muy baja. Porque la fisioterapia engancha, te incita a saber más, porque sabes que no te puedes permitir “no saber” , y porque sabes que con tu conocimiento vas hacer mucho bien.
Y muchas veces vendrá un paciente con una patología y tú, con toda la humildad del mundo, sabrás que no es tu especialidad, y lo derivarás a un compañero especialista en ese campo. Porque eso también es hacer fisioterapia, y es ese tipo de compañerismo, propio de nuestro gremio, es el que va en beneficio de todos.
Y cada año que pasa, te vas sintiendo (como estudiante) más y más partícipe de todo, te enriqueces constantemente de cada persona, de cada historia, de cada tratamiento exitoso y de cada fracaso. Además, con la experiencia, aprendes a escuchar y acabas a entendiendo que, las emociones muchas veces juegan un papel crucial en el bienestar físico y que si la cabeza no va, el cuerpo tampoco. Y eso al final repercute mucho en la confianza que los pacientes depositan en nosotros, y en nuestra satisfacción personal. Y es que a fin de cuentas, somos los facultativos de la salud que más tiempo dedicamos a los pacientes.
Sabemos que con el tiempo la fisioterapia estará en el lugar donde se merece, tanto en el sector público como en el privado, porque somos felices ayudando, creemos en lo que hacemos y sin duda cada vez más pacientes también.
By Jorge Baeza, alumno de 4to de fisioterapia en la Universidad de València
Deja una respuesta