Hace un tiempo ya se explicó muy bien en uno de los artículos del blog, la importancia del ejercicio físico en la 3ª edad. Hoy vamos a hablar de algo que está muy relacionado.
Una mala forma física, una debilidad de los miembros inferiores y un deterioro del equilibrio pueden convertirse en los principales factores de riesgo de caídas en personas mayores.
El 33% de las personas >65 años que viven en comunidad se caen al menos 1 vez/año donde el 50% van seguidas de caídas recurrentes.
Las caídas son la principal causa de mortalidad en mayores de 75 años y la segunda causa por muerte accidental entre los 45 y los 75 años
Las cifras de caídas ascienden en España a 1,5 millones de caídas al año, teniendo una mayor prevalencia aquellos mayores con artrosis. Así pues, del 50-60% de los >60 años con artrosis se caen 1 o más veces al año.
Estas caídas pueden dar lugar a unas consecuencias físicas y psicológicas
A nivel físico, hablaríamos de las fracturas, donde es importante saber que un 30-50 % de las fracturas de cadera quedarán con una dependencia funcional importante para sus actividades cotidianas, además de reducir la esperanza de vida hasta 6 años.
A nivel psicológico, el miedo a volver a caer genera alteraciones en la movilidad y funcionalidad de la persona mayor, cambios en el patrón de marcha, introversión, pérdida de relaciones, cuadros depresivos, y, en resumen, declive acelerado del mayor.
Aquí el mayor problema se representa en un círculo vicioso, ya que la disminución de la velocidad de la marcha, da lugar a una disminución de la longitud del paso, un aumento de las oscilaciones posturales y un arrastre de los pies, que aumenta la posibilidad de caerse.
Las caídas se pueden explicar a nivel musculoesquelético y estructural, debido principalmente por un deterioro en el equilibrio, una debilidad en el glúteo medio, en los cuádriceps que son flexores-extensores de rodilla -cadera y en los músculos flexores dorsales-plantares del tobillo.
Para evitar las caídas se deben combinar ejercicios aeróbicos, de resistencia y de equilibrio.
Existen estudios que indican que la mejora de la movilidad y elasticidad, fuerza muscular y equilibrio, se acompañan de una mejora de la marcha y competencia en la realización de las actividades de la vida diaria.
Así pues, en personas mayores la prescripción del ejercicio debe contemplar entrenamiento aeróbico, de fuerza, equilibrio y flexibilidad. En algunos casos también disminuirá la laxitud articular. La práctica regular del mismo en relación con las caídas y la osteoporosis consigue ralentizar la pérdida de densidad ósea en mujeres posmenopáusicas, reducir el número de fracturas vertebrales y de cadera, y el riesgo de caída.
Podemos dividir a los pacientes en pacientes con bajo riesgo de caída o alto riesgo de caída.
En los de alto riesgo de caída debemos tener en cuenta que deben realizar ejercicio en situaciones controladas que minimicen el riesgo de caída: sentados, o con apoyo o posibilidad de apoyarse ante un desequilibrio, y descargando el miembro inferior todo lo posible.
Recomendamos un programa de ejercicios que mejoren el equilibrio, la estabilidad y la fuerza muscular.
Este programa se irá complementando con el trabajo de la resistencia cardiorrespiratoria, para retrasar la fatiga en la realización de actividades con componente físico. La persona ha de caminar diariamente durante un tiempo suficiente para provocar algo de cansancio (o realizar ejercicios similares como montar en bicicleta estática o bailar).
En el próximo post os propondremos una serie de ejercicios que se pueden seguir para fortalecer los miembros inferiores. Esperamos que os sirvan como primera referencia y acudan a su fisioterapeuta a que les prescriba un programa terapéutico individualizado de ejercicios antes de tener algún susto.
¡QUE TU EDAD NO SEA UN MOTIVO PARA DEJAR DE VIVIR, SINO TODO LO CONTRARIO¡
By Andrea Solana García, Alumna de 4º curso de fisioterapia de la UV.
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