Ya hace una semana que nuestra vida ha cambiado de forma drástica para la mayoría de nosotros. A excepción de una pequeña parte de la población que todavía sigue trabajando fuera de casa, el resto realizamos todas nuestras actividades en un mismo sitio: nuestro hogar. ¿Nutricionalmente esto que implica? Principalmente una cosa: nuestro gasto energético se ha visto reducido de forma significativa. Aunque intentamos realizar actividades, entrenar, no estar sentados todo el día…la realidad es que, aun así, nuestro gasto energético se ve reducido. No nos movemos tanto.
¿Qué podemos hacer? Algo que, desde mi punto de vista, nos otorga la educación alimentaria: ADAPTARNOS. Tenemos que ser capaces de adecuar nuestra alimentación actual con nuestro estilo de vida actual. Esto significa, que nuestra alimentación debe ser de menor densidad calórica que hace una semana, es decir, más ligera, más liviana. Pero a la vez, debe nutrirnos, aportarnos todo lo que nuestro cuerpo necesita, sobre todo ahora, donde nuestra inmunidad es primordial.
¿Cómo lo hacemos?
- Nuestra alimentación debe componerse en un 80% de frutas, verduras, legumbres y alimentos proteicos no asociados a grasas saturadas.
- Disminuir la cantidad del grupo alimentario energético por excelencia: los hidratos de carbono. Ojo…disminuir, no excluir! Además, deberán ser integrales.
- Reorganizar el número de tomas al día, probablemente disminuirlas.
Además, tenemos que tener en cuenta otros aspectos importantes:
- No caer en el picoteo por aburrimiento, aunque sea de alimentos saludables, siguen siendo calorías extras.
- Aunque estemos en casa, no todos los días son fiesta: cuidado con las “recompensas saludables” como cerveza 0.0%, cacahuetes o frutos secos, bollería sana o palomitas.
Mi recomendación: aprovechemos el tiempo para cocinar cosas nuevas, que antes nos era imposible por falta de tiempo. Aprovechemos todo el tiempo que ahora tenemos para hacer ejercicio, descansar y dormir bien. Cuidemos de nuestro cuerpo ahora que tenemos la oportunidad. Y aprendamos de la educación alimentaria lo más importante que nos puede aportar: la capacidad de ADAPTARNOS alimentariamente a cualquier situación.
Laura Llácer Ruiz
Dietista y Nutricionista
1 de Abril de 2020
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